Ramón J. Sender
Los curas son las únicas personas a quienes todo
el mundo llama padre, menos sus hijos, que los llaman tíos.
Si el cántaro da en la piedra, o la piedra en el
cántaro, mal para el cántaro.
Este relato corto escrito desde el exilio por Ramón J. Sender (1901-1982) cuenta la historia de Paco el del Molino mediante los recuerdos del sacristán del pueblo, Mosén Millán. La novela, contada al ritmo del romance que se ha difundido por la aldea sobre la muerte de Paco, cuenta la vida de éste a lo largo de la tumultuosa primera mitad del siglo XX en España. Al principio, durante su infancia, en el poder se encuentra el rey Alfonso XIII y, por aquél entonces, Paco es un muchacho piadoso que a todas horas se encuentra con Mosén Millán ayudándole como monaguillo. Es durante este período cuando Paquito (como lo llamaban) se empieza a dar cuenta de las desigualdades que existen en su pequeña aldea cuando visita las cuevas, donde vive la gente más pobre, para dar la extremaunción a un desdichado que vive allí. Desde ese día Paquito habla a todo el mundo de la pobreza en la que viven y es aquí donde empieza su preocupación por la injusticia y por las desigualdades sociales.
Estos pensamientos desembocan en que sea él quien, cuando se declara la II República, plante cara al Duque que controla los pastos del ganado de la aldea y al que tienen que pedir permiso para que éstos puedan acceder a ellos. Por aquel entonces ya se comienza a granjear algunos enemigos entre la gente más pudiente de la aldea. Pasa el tiempo y aparecen unos señoritos que devuelven los pastos al Duque y que, por la noche, asesinan a todo aquél que hable mal de su forma de actuar o que critique al nuevo régimen impuesto. Entre estos asesinatos cabe destacar a las viejas del carasol (lugar donde se reunían las mujeres) quienes se dedicaban a “despellejar” a todo el mundo y que, un mal día, recibieron una ración de metralla para acallar sus quejas y cuchicheos.Paco el del Molino, al ver el panorama, decide huir y esconderse pero cuando Mosén Millán se entera de donde está y, creyendo que está haciendo un favor a Paco y que los señoritos lo juzgarán justamente, se lo dice a los señoritos quienes irán a por él. Sin embargo, Paco se defiende con uñas y dientes y es imposible sacarlo de su madriguera por lo que Mosén Millán le habla y le dice que le han prometido que tendrá un juicio justo y que a sus familiares no les pasará nada. Entonces Paco sale pero los señoritos, cuya única palabra es la de la violencia y el asesinato, lo matan en el cementerio.Mosén Millán después de un año recuerda cada detalle con meridiana claridad y decide realizar un réquiem por su alma al que solo acuden los enemigos de Paco: D. Valerio, D. Gumersindo y D. Cástulo quienes se ofrecen a pagar su misa quizá para lavar su conciencia y sus manos.
Sinopsis
Este relato corto escrito desde el exilio por Ramón J. Sender (1901-1982) cuenta la historia de Paco el del Molino mediante los recuerdos del sacristán del pueblo, Mosén Millán. La novela, contada al ritmo del romance que se ha difundido por la aldea sobre la muerte de Paco, cuenta la vida de éste a lo largo de la tumultuosa primera mitad del siglo XX en España. Al principio, durante su infancia, en el poder se encuentra el rey Alfonso XIII y, por aquél entonces, Paco es un muchacho piadoso que a todas horas se encuentra con Mosén Millán ayudándole como monaguillo. Es durante este período cuando Paquito (como lo llamaban) se empieza a dar cuenta de las desigualdades que existen en su pequeña aldea cuando visita las cuevas, donde vive la gente más pobre, para dar la extremaunción a un desdichado que vive allí. Desde ese día Paquito habla a todo el mundo de la pobreza en la que viven y es aquí donde empieza su preocupación por la injusticia y por las desigualdades sociales.
Estos pensamientos desembocan en que sea él quien, cuando se declara la II República, plante cara al Duque que controla los pastos del ganado de la aldea y al que tienen que pedir permiso para que éstos puedan acceder a ellos. Por aquel entonces ya se comienza a granjear algunos enemigos entre la gente más pudiente de la aldea. Pasa el tiempo y aparecen unos señoritos que devuelven los pastos al Duque y que, por la noche, asesinan a todo aquél que hable mal de su forma de actuar o que critique al nuevo régimen impuesto. Entre estos asesinatos cabe destacar a las viejas del carasol (lugar donde se reunían las mujeres) quienes se dedicaban a “despellejar” a todo el mundo y que, un mal día, recibieron una ración de metralla para acallar sus quejas y cuchicheos.Paco el del Molino, al ver el panorama, decide huir y esconderse pero cuando Mosén Millán se entera de donde está y, creyendo que está haciendo un favor a Paco y que los señoritos lo juzgarán justamente, se lo dice a los señoritos quienes irán a por él. Sin embargo, Paco se defiende con uñas y dientes y es imposible sacarlo de su madriguera por lo que Mosén Millán le habla y le dice que le han prometido que tendrá un juicio justo y que a sus familiares no les pasará nada. Entonces Paco sale pero los señoritos, cuya única palabra es la de la violencia y el asesinato, lo matan en el cementerio.Mosén Millán después de un año recuerda cada detalle con meridiana claridad y decide realizar un réquiem por su alma al que solo acuden los enemigos de Paco: D. Valerio, D. Gumersindo y D. Cástulo quienes se ofrecen a pagar su misa quizá para lavar su conciencia y sus manos.