Ovidio Parades
El amor a veces te atrapa con la persona menos
apropiada, de la peor manera.
Hacerla desaparecer de mi pensamiento, era la
razón primordial para seguir viviendo, casi la única.
Fueron tiempos duros, muy duros, aquellos en los
que intenté hacerle desaparecer de mi cabeza. Mi carácter cambió por completo,
me convertí en otra persona. Una persona completamente diferente, sin apenas
rastro de la anterior, sin apenas huellas de quien había sido.
Qué fácil puede ser la destrucción de un ser
humano.
El precipicio puede estar ahí, a un mínimo paso de
nuestros pies.
No importan las máscaras ni los disfraces bajo los
que nos queramos ocultar. No importan nuestros inusitados y torpes esfuerzos.
La sexualidad es uno de los grandes placeres de
esta vida y cerrarse a ella resulta, cuanto menos, absurdo.
Nunca conviene echarle un pulso en serio al
destino.
Que poco sabemos de la vida cuando estamos bien,
sanos.