Mary Kubica
“... ahora todo se adelanta... Ahora los chicos y las chicas entran en la pubertad antes que en mi generación, hasta dos años antes en algunos casos. Los críos de diez años tienen móvil. Las niñas tienen pechos con siete u ocho años.”
“Una línea muy fina separa el ofrecimiento de ayuda de la falta de respeto, y yo no quiero cruzarla.”
“Las caras que adopta la pobreza son pavorosas.”
“Entro en la cocina, le doy un beso en la mejilla a ... : una costumbre, más que un gesto de ternura.”
“... hace un chili vegetariano repleto de judías negras, carillas y garbanzos (y comino, por lo visto), al que añade lo que ella llama «soja texturizada» para dar la impresión de que hay carne sin que haya vaca.”
“Mi mujer se solidariza con todo el mundo. Lo cual me parecía absolutamente adorable cuando le pedí que se casara conmigo, pero no sé por qué, después de catorce años de matrimonio, ... estoy convencido de que le preocupa más el bienestar de esa gente que el mío.”
“... la ausencia es para el amor lo que el aire es para el fuego: apaga el pequeño y aviva el grande.”
“Recuerdo ese maravilloso olor a bebé de cuando ... era pequeña: ese olor a leche y a polvos de talco, agrio y desagradable y al mismo tiempo absolutamente delicioso, evocador, cargado de nostalgia.”
“¿Quién dijo que la maternidad era fácil?”
“Hablaba deprisa y se movía aún más deprisa. Quería hacerlo todo ya.”
“... le enterró con un cartón de Marlboro y un encendedor de color verde neón, para que siguiera fumando en el más allá.”
“Apenas levanta la mirada del bebé, al que obsequia con toda clase de mimos y carantoñas. Para mí, en cambio, no hay nada.”
“Nunca quise que fuéramos uno de esos matrimonios tan centrados en sus ambiciones personales y en sus hijos que descuidan su relación de pareja, que la relegan para dar prioridad a otros aspectos aparentemente más importantes de la vida.
Yo quería que fuéramos un equipo. Ahora, en cambio, da la impresión de que somos oponentes, jugadores pertenecientes a equipos rivales. Empiezo a tenerle lástima, atrapada en este lío, ... , ella sola.
Y sin embargo –pienso acordándome de sus ojos cansados ... – todo esto es culpa suya”
“Es todo mentira, claro.
Resulta que se me da bastante bien mentir.”
“¿Cuántos malos tratos, cuántas agresiones puede soportar alguien antes de perder el control?”
“¿Hasta qué punto se puede conocer a otra persona?”
“... en vez de verla como una joven impresionable e ingenua, como la veía antes, de pronto me parece astuta y taimada. Marrullera y calculadora.”
“Últimamente me cuesta tan poco mentir… Me sale de manera natural, automáticamente, hasta el punto de que ya no distingo qué es verdad y qué es ficción.”
“Casi no oía sus palabras. No podía dejar de pensar en sus labios, y en su lengua, y en su mano.
En cómo sabía.
En cómo olía.”
“... pero veo claramente que la mujer que tengo delante de mí no es mi esposa.”